23 noviembre 2005

CAPITAL SOCIAL

Quiero compartir con uds. este artículo publicado por mi amigo Pepe Martínez en su Blog. Lo encuentro sumamente interesante sobre todo por el trabajo que estamos desarrollando en nuestra Comuna.
La confianza genera riqueza. Esto ha ocurrido por miles de años, pero seguimos sorprendiendonos ante este fenómeno, los italianos del norte con sus cooperativas lo pueden aseverar, así como muchas comunidades de nuestro planeta. Pero sigue siendo difícil confiar, sobre todo para los empresarios que tienen pequeños negocios, quienes creen que los que están en el mismo rubro que ellos son un peligro, y no los ven como una oportunidad para asociarse y generar emprendimientos que produzcan mayor valor a sus clientes y a ellos mismos. El generar confianza ha sido uno de los propósitos de los programas de Liderazgo Emprendedor que hemos desarrollado con Ricardo Román, los que están basados en la disciplina de comunicación y emprendimiento desarrollada por Fernando Flores.En la sociología este fenómeno ha sido llamado capital social. A continuación presento una introducción a la comprensión de dicho fenómeno. A su vez, dejo planteado que el Capital Social es, siguiendo a Pierre Bourdieu, uno más de un conjunto de capitales que los seres humanos tenemos por el hecho de ser humanos, estos son el Capital Cultural o Pragmático, el Capital Económico, el Capital Simbólico y el Capital Político, y que el aumento de ellos aumenta también nuestras posibilidades de generar acción y alcanzar nuestros propósitos.
Según Michel Woolcock, la aparición del Capital social fue primeramente identificado como tal por Jane Jacobs, Pierre Bourdieu, Jean Claude Passeron y Glen Loury, pero ha sido desarrollado en forma más sistemática por James Coleman, Robert Burt, Robert Putnam y Alejandro Portes. El extenso estudio y promoción del Capital Social ha llevado a que se entienda de diferentes maneras, pero siempre ha mantenido un elemento central y es que es un “conjunto de normas y relaciones sociales que permiten que las personas coordinen sus acciones para lograr los objetivos deseados”, existe solamente si es compartido con otros seres humanos.
En este sentido Alejandro Portes señala que el aporte de la noción de Capital Social es que junto con asumir que “el involucramiento y la participación en grupos puede tener consecuencias positivas para los individuos y la comunidad”, posee dos elementos novedosos: las consecuencias positivas de la sociabilidad y a su vez coloca a estas consecuencias positivas como formas no monetarias para generar fuentes importantes de poder e influencia.
Pierre Bourdieu, en un documento titulado “Notas provisionales” publicadas en las Actes de la Recherche en Sciences Sociales en 1980, definía capital social como el conjunto de recursos actuales o potenciales que están relacionadas con la posesión de una red o de relaciones más o menos institucionalizadas de mutuo conocimiento y reconocimiento. Esta interpretación da al Capital Social una visión instrumental, resaltando los beneficios obtenidos por los individuos en virtud de su participación en grupos y en la construcción deliberada de sociabilidad con otros. Esto implica que las redes sociales no están dadas, sino que son construidas mediante la inversión en estrategias orientadas a la institucionalización de relaciones grupales, utilizables como fuentes que generarán otros beneficios. Es así que al observar el Capital Social podemos distinguir la relación social en sí misma que permite que los individuos demanden el acceso a los recursos que poseen sus asociados, y por otra parte la cantidad y calidad de esos recursos.
Desarrollos posteriores, de autores como Putnam y Coleman definen el capital social a partir de la existencia de tipos de relaciones (a nivel local e institucional) específicas, tales como relaciones de confianza, recíprocas y con un alto componente de civismo. De esta manera la existencia de capital social permitiría a los actores generar acciones conjuntas de manera más efectiva, dado que la construcción de relaciones personales e institucionales basadas en la confianza mutua favorecen el intercambio de diferentes tipos de recursos, y por lo tanto generan desarrollo social, cultural y económico.
Hoy el Capital Social es uno de los elementos centrales para el desarrollo de las políticas de diferentes gobiernos y de organismos como el Banco Mundial. Es así como se han desarrollado experiencias de desarrollo del Capital Social en diferentes latitudes. Pero por lo general se olvida que Pierre Bourdie no solamente habló de Capital Social, sino que también menciona el capital cultural, simbólico, político y económico, los cuáles son sinérgicos y necesarios para el surgimiento de los otros. De esta manera, Bourdieu conceptualiza la mayoría de las dimensiones de la vida social en términos, de campos (fields) que constituyen espacios de lucha sobre un interés central (central stake). Los recursos que son usados en dichas luchas, y cuya apropiación está en juego, son definidos como tipos de capital: económico, político, cultural, social y simbólico.

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